LOS ÓRGANOS COLEGIADOS: PILARES DEL FORTALECIMIENTO DE LA UAM

Nuestra Universidad se fundó inspirada en el espíritu democratizador de la educación superior impulsado por el movimiento universitario de 1968. La estructura orgánica de la UAM fue concebida para que todos los órganos personales tengan siempre una instancia colegiada a la cual respondan por sus decisiones y desempeño. Así, los directores de División deben acompañar su quehacer con el respaldo del Consejo Divisional; los Rectores de Unidad con el Consejo Académico y el Rector General con el Colegio Académico. En nuestra universidad ningún órgano personal está por encima de los órganos colegiados. En ellos están representados los estudiantes, los académicos y los trabajadores administrativos.

Con el paso del tiempo, este diseño institucional ha sufrido distorsiones y es frecuente que los órganos personales busquen incidir en la composición de los órganos colegiados para evitar que se les cuestione, mermando con ello la pluralidad y el debate que deben prevalecer en la Universidad, así como la transparencia necesaria para la toma de decisiones importantes en la vida universitaria.

Paralelamente, la comunidad ha ido abandonando el interés por participar en estos espacios, llegándose al punto en que muchos estudiantes y profesores desconocen cuál es la función de los órganos colegiados y cuál es su importancia para la universidad, así como su posibilidad de participar en ellos y de acudir con sus representantes para solucionar algunas controversias.

Los consejos divisionales designan a los Jefes de Departamento, aprueban la programación de plazas y cátedras que proponen los departamentos al inicio de cada año, así como la planeación de la matrícula que puede atender cada División en la UAM; aprueban los proyectos de investigación que surgen desde los departamentos. Los consejos divisionales, entre otras funciones, aprueban los diplomados, cursos de educación continua y los períodos sabáticos de los académicos. Sus representantes se eligen cada año.

Los consejos académicos designan Directores de División, se ocupan de la buena marcha de los programas de la Unidad y aprueban los presupuestos anuales y la asignación de recursos a las divisiones y demás programas en las unidades. Aprueban las listas de candidatos a Rector de Unidad y promueven iniciativas de modificación a la legislación Universitaria ante el Colegio Académico, entre otras funciones. Los representantes estudiantiles, académicos y administrativos se eligen cada dos años y quienes quedan como titulares eligen de entre ellos a quienes los representarán en el Colegio Académico.

El Colegio Académico, máximo órgano de gobierno de la UAM, es quien designa a los integrantes de la Junta Directiva y es quien puede modificar la legislación universitaria –con excepción de la Ley Orgánica que solamente puede ser modificada por el poder legislativo del país–. Crea nuevas Unidades Académicas, Divisiones y Departamentos, aprueba la modificación y creación de programas de estudio, aprueba el presupuesto y los estados financieros, y resuelve todo lo que escapa a la competencia de otros órganos de la universidad.

Los órganos colegiados son la expresión de la vocación democrática de nuestra universidad. A través de su permanente actividad en los órganos colegiados, la UAM aspira a mantener su compromiso con la sociedad. Esta aspiración exige de toda la comunidad un alto compromiso con las funciones sustantivas de la UAM. Los intereses de la institución deben prevalecer por encima de los intereses de las personas y grupos de universitarios. En una situación de restricciones de recursos financieros como la que ahora se vive, las decisiones de los órganos colegiados y personales deberán apuntalar el interés de la UAM, de la universidad pública, de la educación superior y del país.

Una política de fortalecimiento del trabajo colegiado, como pilar de la UAM, deberá ir acompañada de información relevante sobre la institución, sus programas, el lugar de la UAM en la educación superior, sus potencialidades y sus problemas. De manera especial, es indispensable que las nuevas generaciones de profesores se comprometan con las tareas del trabajo colegiado actual y futuro, a fin de garantizar el cumplimiento de los objetivos de nuestra institución. La UAM requiere hoy de sus comunidades una contribución al fortalecimiento institucional, para lo cual es indispensable el trabajo consistente y responsable en nuestros órganos colegiados.

Observatorio Universitario
Ciudad de México, a 27 de febrero de 2017

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