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Acerca de Observatorio Universitario UAM

El Observatorio Universitario, es un colectivo dedicado a dar seguimiento y evaluar críticamente las acciones más relevantes de las autoridades universitarias, a difundir sistemáticamente las acciones de gestión y su impacto en la comunidad, así como los diversos análisis sobre las mismas.

Prácticas universitarias para la designación de órganos personales

COMUNICADO INFORMATIVO
Como respuesta a las irregularidades en la elección del Director de la DCSyH en la Unidad Xochimilco en 2011, que despertaron la indignación de algunos sectores de la comunidad universitaria, y atendiendo a la sólida argumentación de algunos consejeros, el Consejo Académico promovió la creación de dos comisiones: una encargada de revisar y proponer buenas prácticas universitarias relacionadas con los procesos de designación de órganos personales y la otra de analizar y reflexionar sobre la designación de órganos personales en la UAM y, en su caso, proponer el proyecto de reforma. En el dictamen de ambas comisiones se hace referencia a buenas prácticas universitarias para la designación de órganos personales que se tendrán que respetar por todos los integrantes del Consejo Académico actual durante el proceso de renovación de la Rectoría de Unidad y en los procesos que le siguen para el nombramiento de otros órganos personales.

En este documento nos vamos a referir especialmente al dictamen que emitió la segunda comisión y que sustentó los cambios que en su momento se hicieron al Reglamento Orgánico. Por su importancia para la vida universitaria, la discusión y decisiones del Consejo Académico de Xochimilco se constituyeron en tema de discusión para el Colegio Académico. Como producto de esta discusión, el Colegio Académico llevó a cabo modificaciones al Reglamento Orgánico de la UAM (RO) tanto en su articulado como en la exposición de motivos. Considerando que necesitamos conocer y apegarnos a la legislación universitaria para participar y asegurar el carácter democrático, inclusivo y transparente en los procesos de recambio de rectoría en la UAM-X y los que vendrán en los siguientes meses, presentamos aquí algunos fragmentos de las modificaciones que en 2013 se hicieron al Reglamento Orgánico.

El espíritu que inspiró esta reforma, garantizar y facilitar la transparencia y democracia en los procesos de elección de Rector de Unidad y Directores de División, quedó plasmado claramente en la exposición de motivos de los cambios realizados al texto del RO, especialmente en su último párrafo:

Para ofrecer mayor certeza a quienes participan en estos procesos, sea en calidad de aspirantes, candidatos a ocupar un cargo de órgano personal, como miembro de los órganos colegiados que integran las listas de aspirantes o designan órganos personales, como Rector General o rector de unidad al integrar ternas, o como parte de la comunidad universitaria, debe ser una aspiración y deber institucional que las decisiones sean argumentadas y fincadas en criterios preponderantemente académicos, públicos y transparentes. Asimismo, será responsabilidad de estos órganos colegiados y personales, cuidar que sus decisiones sean tomadas sin presiones internas o externas a la Universidad.

Dentro de los textos del RO relacionados con elección de Rector de Unidad destacamos el punto 4 de las Consideraciones hechas por la Comisión de Colegio Académico al Dictamen en el que se aprueba la reforma. En este punto se obliga al fomento de la participación informada, fincar las designaciones en criterios académicos, evitar las presiones a los consejeros y sustentar sus decisiones:

Con las bases anteriores, la Comisión acordó elaborar una propuesta de reforma alternativa con los siguientes elementos:

  1. Establecer criterios generales de auscultación a la comunidad, sin afectar el régimen de desconcentración funcional y administrativa de cada unidad universitaria.
  2. Fomentar la participación informada de los distintos sectores de la comunidad universitaria.
  3. Propiciar procesos de designación de órganos personales fincados, proporcionalmente, en criterios de carácter académico y ofrecer mayor certeza a quienes participan en ellos.
  4. Proporcionar que la resolución de los órganos personales y colegiados en la designación de órganos personales se realice sin presión o injerencia de otros órganos distintos, instancias de apoyo o intereses ajenos a la comunidad.
  5. Argumentar las decisiones que en estos procesos tomen los órganos colegiados y personales.

Los textos de los artículos 30-1 y 30-2, establecen con claridad y precisión las obligaciones y atribuciones de los CA para garantizar y propiciar la transparencia y participación de la comunidad universitaria en todos los momentos del proceso.

ARTÍCULO 30-1 Los consejos académicos, al recibir las ternas integradas por los rectores de unidad para la designación de los directores de división, revisarán y analizarán:

I           Si los candidatos cumplen con los requisitos legales establecidos, y

II          La argumentación que presenten los rectores de unidad, como resultado de la auscultación y ponderación realizadas, principalmente sobre:

  1. a) Los puntos de vista expresados por los candidatos;
  2. b) La trayectoria académica, profesional y administrativa de los candidatos y los programas de trabajo presentados para el desarrollo de la división correspondiente, y
  3. c) Las opiniones de los distintos sectores de la comunidad universitaria, valoradas en forma cuantitativa y cualitativa.

Para determinar que alguno de los candidatos no cumple con los requisitos legales, que la argumentación no contiene los elementos indicados, o que no se sustenta la integración de la terna, se requerirá el voto de al menos las dos terceras partes de los miembros presentes. En estos casos, los consejos académicos indicarán y sustentarán las objeciones, y las notificarán de inmediato a los rectores de unidad, quienes las analizarán y darán respuesta fundada y motivada dentro de los cinco días hábiles siguientes, la cual será definitiva.

ARTÍCULO 30-2 Los consejos académicos, para la formulación de la lista de CUANDO MENOS CINCO personas que aspiren a ocupar el cargo de rector de unidad o para la designación de los directores de división, en distintas sesiones convocadas para tal efecto, deberán:

  1. Entrevistar a los aspirantes o candidatos, con el propósito de que expresen los motivos y razones para ocupar el cargo y expongan sus conocimientos y puntos de vista, particularmente sobre:
  2. La situación política nacional, la problemática y necesidades de la educación superior en el país en sus distintos ámbitos, así como una visión crítica y práctica de la Universidad y de la unidad, en el caso de los aspirantes a rectores de unidad, y
  3. La situación de la unidad, la división y los departamentos de ésta, con una visión crítica y práctica, cuando se trate de los directores de división.
  4. Formular la lista de los aspirantes a rector de unidad, o designar a los directores de división. Lo anterior se realizará, previa valoración de la trayectoria académica, profesional y administrativa de los aspirantes o candidatos; de los programas de trabajo presentados; de sus conocimientos y puntos de vista expresados, y del resultado de la auscultación.

La lista de los aspirantes a rector de unidad se deberá presentar al Rector General, con el señalamiento de las principales razones expresadas que justifiquen la decisión.

En caso de que el Rector General considere que alguno de los aspirantes no cumple con los requisitos legales o que las razones expresadas no justifican la decisión, sustentará las objeciones y, dentro de los cinco días hábiles siguientes a la recepción de la lista, las notificará al consejo académico, quien las analizará y dará respuesta fundada y motivada dentro de los cinco días hábiles siguientes a la notificación, la cual será definitiva.

En la formulación de la lista o en la designación de los directores de división, los consejos académicos tendrán especial cuidado de que ninguna presión de otros órganos, de instancias de apoyo o intereses ajenos a la comunidad universitaria, determinen sus decisiones.

 Finalmente, el artículo 41-1 que precisa la participación del Rector General en relación con las comunicaciones que tiene que establecer con la Junta Directiva, establece:

El Rector General, en un periodo no mayor de quince días hábiles, dentro de periodo lectivo, contados a partir de la fecha en que reciba la lista de los aspirantes que cumplen los requisitos legales exigidos, deberá presentar la terna de candidatos a rector de unidad ante la Junta Directiva, con la argumentación correspondiente, que deberá señalar el resultado de la auscultación y la ponderación realizadas, principalmente sobre:

  1. Los puntos de vista expresados por los candidatos;
  2. La trayectoria académica, profesional y administrativa de los candidatos y los programas de trabajo presentados, y
  3. Las opiniones de los distintos sectores de la comunidad universitaria, valoradas en forma cuantitativa y cualitativa.

En caso de que la Junta Directiva considere que alguno de los aspirantes no cumple con los requisitos legales, que la argumentación no contiene los elementos indicados, o que no se sustenta la integración de la terna, señalará las objeciones y las notificará de inmediato al Rector General, quien las analizará y dará respuesta fundada y motivada dentro de los cinco días hábiles siguientes, la cual será definitiva. Inmediatamente de que la Junta Directiva publique la terna, el Rector General dará a conocer a la comunidad universitaria la argumentación correspondiente.

Consideramos que corresponde a la comunidad de la Unidad Xochimilco vigilar que estos lineamientos normativos, que fueron generados por la actuación decidida del Consejo  Académico de nuestra Unidad, que supo responder a las acciones de la comunidad estudiantil y a la indignación de un sector de profesores, sean el contexto que posibilite la participación informada y consensuada en el crucial proceso de elección de Rector o Rectora de nuestra Unidad, próximo a realizarse. Nuestra legislación tiene fortalezas y aciertos que norman la vida institucional. Hagamos uso de ellos de forma razonada y participativa.

OBSERVATORIO UNIVERSITARIO UAM
Ciudad de México 17 de septiembre de 2017

La comunidad universitaria es imprescindible para construir la legitimidad que el cambio de rector/a de la Unidad Xochimilco reclama.

A la comunidad universitaria:

En los próximos días habrá de iniciarse el proceso de cambio de rector/a de la Unidad Xochimilco. Se trata de un momento crucial para la vida de nuestra Universidad. Es muy importante que recordemos que la responsabilidad de integrar un grupo de cinco o más aspirantes recae sobre el Consejo Académico, para lo que deberá emitir una convocatoria próximamente.

Esa convocatoria puede facilitar la transparencia y la pluralidad, si se apega al espíritu de nuestra legislación.

Cuando el Consejo Académico haya elegido al grupo de cinco o más aspirantes a ocupar la rectoría de la Unidad, enviará esa lista al Rector General con los argumentos que sostienen su integración. El Rector General, si considera que ese grupo de aspirantes cumple con los requisitos necesarios para el cargo, deberá conformar, eligiendo entre los candidatos propuestos, una terna para presentarla a la Junta Directiva.

Es la Junta Directiva el órgano que designará a la persona que ocupará el cargo los siguientes cuatro años.

En cada uno de estos pasos, la comunidad deberá ser auscultada (por el Consejo Académico, por el Rector General y por la Junta Directiva, respectivamente). Los procesos de auscultación, en esta nueva etapa de gestión universitaria, deben recuperar el lugar que les corresponde, como expresión libre y sustentada de la pluralidad de perspectivas que caracterizan a la comunidad, bajo un mismo espíritu: que la Unidad sea dirigida por un académico o académica de destacada trayectoria, con prestigio y honorabilidad incuestionable.

Es tiempo para reflexionar sobre nuestra participación en el destino de la Unidad Xochimilco. La comunidad universitaria es imprescindible para construir la legitimidad que este proceso reclama. La designación de órganos personales debe producirse con  transparencia, pluralidad, participación y buenas prácticas universitarias que permitan consolidar institucionalmente la universidad.

Transcribimos aquí el fragmento de la legislación universitaria, relativo a este proceso, para para contribuir con ello a la claridad sobre el proceso y a la participación en el mismo.

Esperamos contar con aspirantes de gran talla moral y académica para dirigir a la Unidad Xochimilco en un marco de respeto, visión de futuro, altura de miras y compromiso con nuestra casa de estudios.

OBSERVATORIO UNIVERSITARIO UAM

Ciudad de México 11 de septiembre de 2017

REGLAMENTO ORGÁNICO

ARTÍCULO 30

Compete a los consejos académicos:

…IV Bis Iniciar el proceso de designación de los rectores de unidad, en un periodo no mayor a cuarenta y cinco días hábiles de anticipación a la fecha en que concluya la gestión de quien será sustituido. Los días hábiles se contarán dentro de los periodos lectivos. Las convocatorias se deberán emitir y difundir ampliamente y en ellas se indicará, como mínimo:

  1. a) El plazo para el registro de carácter público de los aspirantes;
  2. b) El plazo y las especificaciones para la presentación, por parte de los aspirantes, del curriculum vitae, programa de trabajo, carta de aceptación y demás documentos que se consideren necesarios;
  3. c) El plazo y las modalidades de la auscultación, misma que deberá permitir que los miembros de la comunidad universitaria que así lo deseen, expresen sus observaciones y comentarios sobre la trayectoria académica, profesional y administrativa de los aspirantes, con pleno respeto a la dignidad de los mismos, y que los representantes consulten a sus representados e informen de ello al consejo académico, y
  4. d) La difusión profusa de las formas de auscultación, del programa de trabajo y del curriculum vitae de los aspirantes, así como las sesiones en las que los consejos académicos entrevistarán y formularán las listas de los aspirantes.

Expresiones de Integrantes de la Junta Directiva

El Observatorio Universitario UAM, dentro de su tarea en favor de la transparencia de los procesos universitarios, publica las cartas que han dado a conocer dos integrantes de la Junta Directiva, con objeto de que la comunidad tenga acceso a los textos originales. Una es la carta de renuncia a ese órgano colegiado por parte del Dr. Óscar Terrazas, texto leído ante el Colegio Académico, y la otra, una comunicación emitida por la Dra. Elena Álvarez Buylla dirigida a la Comunidad Universitaria y a la Opinión Pública con su reflexión sobre la actuación de la junta en las designaciones recientes. También informamos a la comunidad que las Actas de las Sesiones de dicho órgano ya están disponibles en el sitio web institucional que corresponde a la Junta. (http://www.uam.mx/juntadirectiva/actas/ajd-151-200.html)

A través de esos documentos es posible conocer las discusiones que han tenido lugar entre los integrantes de la Junta Directiva, si bien llama la atención que el acta de la sesión 153 no ha sido incluida.

Con la publicación de estas cartas esperamos favorecer una reflexión fundada, frente a los rumores respecto al actuar de la Junta Directiva.

Observatorio Universitario UAM, 9 de julio de 2017

Nota: Para poder ver las cartas de la Dra. Elena Álvarez Buylla y del Dr. Oscar Terrazas es necesario seguir los dos siguientes vínculos:

CartaEAB-RG-CA-JD-5jul17

Renuncia

Institución agraviada: Proceso de designación de Rector General de la UAM

El pasado 29 de junio terminó el proceso de designación de Rector General de la UAM, con el nombramiento, por parte de la Junta Directiva, del Dr. Eduardo Peñalosa Castro para el periodo 2017-2021. Dicho proceso se desenvolvió en un contexto sumamente complejo y poco transparente que no propició la atmósfera de tranquilidad necesaria y la reflexión sobre el presente y el futuro de la institución. Algunos de los elementos más destacados fueron:

  1. La designación se hizo con una Junta Directiva incompleta, en la que participaron solamente siete de sus nueve integrantes reglamentarios, pues no se había nombrado al noveno de ellos, mientras que otra integrante se encontraba fuera del país. Desde la presidencia del Colegio Académico a cargo del Dr. Salvador Vega y León, no se procuró completar la integración de la Junta Directiva, pues desde marzo del presente año se encuentra vacante el noveno puesto. Las razones esgrimidas por el Rector General – en síntesis, su apretada agenda que incluía eventos de toda índole – dadas a conocer al Colegio Académico a petición expresa, fueron irrelevantes y pusieron en evidencia su interés por que la Junta Directiva actuara incompleta en el proceso más importante de designación que encara este órgano colegiado.
  2. La Junta Directiva no dio a conocer el calendario de designaciones que debía incluir la Rectoría General y la Rectoría de la Unidad Azcapotzalco. Debía haberse iniciado el proceso de Rectoría General y después el de la Unidad Azcapotzalco, pero se invirtió el orden sin que a la fecha se sepa por qué razón. Cuando la Junta Directiva acudió a auscultar a la comunidad de la Unidad Azcapotzalco(13, 14, 15 de junio), ya se había publicado la convocatoria para la designación de Rector General (5 de junio), empalmándose ambos procesos.
  3. En la auscultación de la Unidad Azcapotzalco, la Junta Directiva encontró amplio rechazo y argumentos legales en contra de la terna integrada por el Dr. Salvador Vega, por lo que suspendió el proceso y devolvió la terna al Rector General Vega. Esto produjo tensiones entre la Junta Directiva y la Rectoría General, quienes finalmente acordaron que el proceso de la Unidad Azcapotzalco debía reponerse, pero el Dr. Salvador Vega incumplió ese compromiso y se abstuvo de informar que el proceso debía reponerse. Este hecho revela su interés por mantener su influencia en la institución. Desgastó a la Junta Directiva y le quitó parte del tiempo esencial que reclamaba el proceso de designación del Rector General. El Dr. Salvador Vega y León presionó innecesariamente los trabajos de la Junta Directiva, ya de por sí complicados por el calendario con el que se estaba actuando.
  4. Respecto a la Convocatoria emitida para designar al Rector General, se señaló por distintos medios el tiempo tan escaso destinado a las auscultaciones, con un día para las unidades de Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco, y medio día para las de Cuajimalpa y Lerma. Los miembros de la Junta Directiva tuvieron que separarse en dos grupos para atender las solicitudes de citas de integrantes de la comunidad. En algunos momentos sólo dos integrantes de la Junta Directiva se encontraban presentes en las sesiones agendadas. La Junta Directiva no hizo público que una de sus integrantes no se encontraba presente en las auscultaciones, las razones de su ausencia, ni tampoco si participaría en el proceso interno de votación.
  5. Resulta contradictorio que la Junta Directiva haya abierto una convocatoria en la que técnicamente era legal y viable inscribirse en el proceso teniendo menos de 70 años al momento de su registro y que posteriormente no hayan sido convocados a entrevistarse aquéllos que cumplirían esa edad durante el período de la próxima gestión, a pesar de haber recibido menciones en las unidades académicas a favor de sus candidaturas. ¿Por qué aceptaron su registro para después excluirlos? En este caso se encontraban cuatro aspirantes, la mayoría con destacado liderazgo universitario, programas bien elaborados y experiencia en la gestión universitaria. Al haberlos excluido de las entrevistas la propia Junta Directiva se privó de la posibilidad de explorar más posibilidades de las que finalmente decidió convocar, que como se sabe fueron solamente tres. ¿Qué factores jugaron en esta decisión? Corresponde a la Junta Directiva explicar a esos candidatos y a la comunidad de la UAM los motivos por los cuales las posibilidades se cerraron para los y la aspirante que fueron excluidos por motivos de su edad.
  6. De igual forma, el conjunto de rectores de unidad no fueron convocados a pesar de haber recibido adhesiones. Se entiende que la Junta Directiva haya excluido a propuestas venidas de afuera y sin apoyos internos, pero no se entiende cómo, aspirantes de gran trayectoria no hayan sido escuchados por la Junta Directiva, ante el reto de dirigir la UAM. Este hecho por sí mismo debe obligar a los órganos de la universidad a pensar en mejores prácticas de actuación dentro de la Junta Directiva, y a la comunidad en su conjunto a desterrar las prácticas de campañas políticas basadas en el clientelismo y que en este proceso volvieron a hacer aparición, principalmente en la Unidad Xochimilco y en Rectoría General.
  7. Ya en el proceso de auscultación desarrollado en las unidades académicas, lo que previsiblemente podía ocurrir, sucedió: poco tiempo para atender todas las citas y lo que es más grave, poco tiempo para reflexionar. Cuando todavía se estaban entregando cartas en la Oficina de la Junta Directiva, este órgano se disponía a deliberar y tomar su decisión a toda prisa, sin siquiera haber leído las participaciones por escrito presentadas en el marco de la auscultación. Es muy probable que los siete integrantes de la Junta Directiva no hayan tenido tiempo para sopesar información objetiva, así como los juicios elaborados en la deliberación en torno a las tres personas que decidió entrevistar. La comunidad universitaria merece una explicación por esta actuación innecesariamente precipitada.

En otro documento analizaremos el significado de la elección que recayó en el Dr. Eduardo Peñalosa Castro, al término de lo que muchos sostenemos que ha sido la gestión menos comprometida con el presente y el futuro de la UAM, y la que mayor daño le ha causado a la institución por prácticas cuestionables, caracterizadas por su opacidad, a lo largo de toda la gestión del Dr. Salvador Vega y León y sus cercanos. Muy bueno sería que el Dr. Peñalosa atendiera el reclamo de una gran parte de la comunidad y se deslindara públicamente de ese grupo que ocasionó grandes deterioros a nuestra casa de estudios.

La información y la transparencia son hoy la mayor exigencia de una institución que se siente agraviada por quienes en lugar de honrarla se han servido de ella.

Observatorio Universitario
Ciudad de México
3 de julio de 2017

Copar la agenda de entrevistas de la Junta Directiva: una táctica que va en contra de la reflexión y la participación

En un contexto de amplio debate sobre el futuro de la UAM, el día de hoy, martes 20 de junio, iniciaron las solicitudes de citas para que la comunidad transmita a la Junta Directiva su opinión sobre la elección de rector general, sus reflexiones y preocupaciones sobre la Universidad.

Ya habíamos advertido, en el comunicado anterior, acerca de la práctica de ciertos grupos, especialmente de la Unidad Xochimilco, que aprovechando su actual posición de poder al interior de la institución, copan los espacios de citas para acceder a las entrevistas con la Junta, a favor de algunos de quienes hoy se presentan como candidatos a ocupar el cargo.

En el primer día de registro de citas hemos visto con preocupación que la vía presencial en el piso 5 de la Rectoría General recibió una atención prioritaria respecto a la vía telefónica, ya que inmediatamente la línea quedó saturada al estar atendida por una sola trabajadora. No se previó contar con apoyo adicional para recibir llamadas en otras líneas con la colaboración de al menos otra persona.

En cambio, la vía de solicitud presencial aseguró para los jefes administrativos y personal de confianza de la Unidad Xochimilco, una amplísima cantidad de citas con la JD, reeditando de esta forma el recurso ampliamente usado en el pasado por esos mismos grupos. Es claro que los responsables de funciones administrativas se vieron obligados a suspender sus actividades laborales durante varias horas para acudir personalmente a obtener su cita.  A las dos de la tarde, los miembros de la Unidad Xochimilco se encontraron con que las citas ya se habían agotado para esta Unidad y para las Oficinas de Rectoría General, debiendo inscribirse en inciertas “listas de espera”.

Los miembros de otras unidades, que se habían desplazado para obtener su cita, debieron hacer cola por horas, hasta que el personal administrativo y de confianza de la Unidad Xochimilco concluyó su trámite.

Esta modalidad de registrar y conformar la agenda de entrevistas pone en duda la calidad de la auscultación, pues queda en evidencia la operación a favor de quienes se encuentran compitiendo desde una posición de autoridad organizando apoyos incondicionales desprovistos de argumento, dejando en desventaja a quienes desean participar con su opinión libre e independientemente y a los candidatos que no recurren a posiciones de privilegio para movilizar auscultados en su favor.

Pensamos que esta reedición de métodos de apoyos masivos incondicionales no conviene a la UAM en un tiempo que debería ser destinado a una reflexión seria y profunda sobre el actual estado de las cosas y sobre el futuro de la Universidad.

Reiteramos la preocupación sentida por la comunidad y manifiesta en el comunicado anterior respecto al brevísimo tiempo dedicado para las auscultaciones en las Unidades. Hoy vemos además que muy pocas Unidades han podido organizar presentaciones de los aspirantes ante los órganos colegiados, como correspondería a un proceso guiado por el más alto interés en favor de la Universidad.

Invitamos respetuosamente a los integrantes de la Junta Directiva a optar de inmediato por procedimientos que garanticen, no solamente una amplia participación de la comunidad universitaria en tan relevante proceso, sino una participación informada, seria y argumentada, disponiendo del tiempo que se requiera para conseguirlo. No es momento de caer en apresuramientos.

El futuro de la Universidad Autónoma Metropolitana está en juego.

Observatorio Universitario
Ciudad de México
20 de junio de 2017

En juego la transparencia en la designación de Rectoría General en la UAM

El lunes 5 de junio fue publicada por la Junta Directiva de nuestra universidad, grupo de notables elegidos por su prestigio e independencia, así como por su compromiso con la universidad, la convocatoria para designar Rector General, dado que el Dr. Salvador Vega y León concluye su período en ese cargo el 3 de julio de este año.

Los argumentos y decisiones que tomó la Junta Directiva para emitir esta convocatoria son desconocidos para la comunidad, toda vez que ese órgano colegiado no hace transparentes todos sus procesos, como correspondería al importantísimo lugar que ocupa en la vida universitaria.

Al revisar esa convocatoria, surgen inquietudes sobre aspectos fundamentales respecto a su contenido.

Por una parte, observamos que la Junta Directiva ha renunciado a cumplir con esta tarea trascendente contando con todos sus integrantes, toda vez que ha asumido la decisión del Dr. Salvador Vega de retrasar el proceso de nombramiento del noveno miembro de ese importante órgano colegiado en contra de lo que establece la legislación universitaria y ha dado inicio a un proceso crucial para la institución, con un calendario en el que la designación de Rector  General, tendrá lugar bajo la responsabilidad de una Junta Directiva incompleta.

Al menos 24 integrantes del Colegio Académico entre los cuales se encuentran Rectores de Unidad, Directores de División, representantes de académicos, de estudiantes y de administrativos, solicitaron una sesión urgente del Colegio Académico para subsanar este vacío, siendo desoídos por el presidente del órgano colegiado, no obstante que la legislación vigente le obligaba a convocar a la sesión solicitada de manera urgente. Se prefirió incluir el punto en la sesión previamente convocada para el 9 de junio, fecha en la que ya será imposible completar la junta para la designación del rector general, si se mantiene el actual calendario para las designaciones.

Aunado a lo anterior, la junta directiva propone auscultaciones brevísimas en las que la comunidad no tendrá el espacio para expresarse, puesto que se pretende que en un solo día, la junta se entreviste con los miembros de una Unidad de dimensiones como Azcapotzalco, Iztapalapa o Xochimilco.

Conocemos ya la penosa estrategia de algunos grupos de poder en la universidad, que consiste en saturar las citas con adeptos a un candidato en particular produciendo la falsa impresión de que se trata de alguien que recibe el apoyo de la mayoría de  los integrantes de su comunidad.

Para el Observatorio Universitario UAM es preciso encontrar salidas que preserven la participación amplia y libre de la comunidad universitaria, contando con la seguridad de que el proceso de integración de miembros de la junta se ha concluido adecuadamente. Ello implicaría la recalendarización de los procesos de designación de rectorías, la ampliación de los tiempos para la auscultación y la máxima transparencia en las decisiones de la Junta Directiva.

El Colegio Académico aún puede incidir en una mejor manera de resolver esta circunstancia, en su próxima sesión. La Junta Directiva por su parte, tiene la oportunidad y las condiciones para contribuir a un clima institucional democrático y  académico que fortalezca a la Universidad.

Observatorio Universitario UAM
Ciudad de México
6 de junio de 2017

Ante los próximos cambios de rectores, es impostergable que el Colegio Académico inicie el proceso para designar al noveno miembro de la Junta Directiva

Desde su fundación, en el año 2014, el Observatorio Universitario ha insistido en el acceso a la información como condición indispensable para propiciar la participación crítica de los universitarios en los procesos y decisiones que atañen al ingreso del personal académico a la universidad, a la elección de representantes en los consejos divisionales y académicos, a la designación de órganos personales, y a la integración de la Junta Directiva.

La estructura de gobierno de nuestra institución está diseñada bajo la premisa de una intensa participación de la comunidad en las decisiones estratégicas.

En este año ya iniciaron los procesos de designación de la Rectoría de la Unidad Cuajimalpa y se avecinan muy próximamente los de Rectoría General (mes de julio), el de la Rectoría de Azcapotzalco (mes de julio) y un poco más adelante las de Xochimilco e Iztapalapa al final del año en curso e inicio de 2018, respectivamente.

En este contexto, es preciso enfatizar la relevancia de que la Junta Directiva, el órgano encargado de designar a quienes ocuparán las rectorías, cuente a la brevedad con todos los integrantes previstos en la legislación universitaria, de manera que pueda cumplir cabalmente con esta enorme responsabilidad que define en gran medida el futuro de nuestra institución.

En 2016 e inicios de 2017, la renovación de los integrantes de la Junta Directiva ocurrió conforme a las normas de la UAM bajo la decisión y responsabilidad institucional del Colegio Académico, máximo órgano de decisión colegiada de la Universidad. Sin embargo, en el más reciente proceso para designar a su noveno integrante, requerido para completar la Junta Directiva, en el Colegio Académico no se logró reunir los votos suficientes para declarar electo a uno de los aspirantes.

Iniciado ya el trimestre 2017-P, con la presencia de todos los sectores de la Universidad, existen las condiciones para que el Rector General, Dr. Salvador Vega y León, proceda conforme a la normatividad y convoque ya la próxima reunión del Colegio Académico, en la que se deberá aprobar la convocatoria para la designación del miembro faltante de la Junta Directiva.

Esta demora enrarece el clima universitario, en lugar de dar certeza a la comunidad respecto de la institucionalidad de los procesos.

Por el bien de la universidad, el órgano que nombra a los rectores debe poder realizar sus funciones en las condiciones previstas por la legislación, incluyendo su integración completa.

Observatorio Universitario UAM
Ciudad de México, mayo 15 de 2017.

REDUCCIÓN DE LAS BECAS DE POSGRADO EN LA UAM

En sus 43 años de existencia, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha formado decenas de miles de profesionistas que se han incorporado exitosamente a las tareas científicas, productivas, sociales y políticas del país. Igualmente importante ha sido la contribución de la UAM en la formación de científicos de alto nivel, egresados de los programas de especialización, maestrías y doctorados de la institución. Hoy esta aportación se ve amenazada por el recorte de las becas de posgrado decretada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a nuestros estudiantes.

La disminución de becas a los estudiantes de posgrado está alineada con el propósito gubernamental de privatizar la educación superior y la producción de conocimientos científicos y tecnológicos del país; con ello, el gobierno vulnera la independencia económica y la soberanía nacionales. En esta misma dirección se encuentra la reducción en 12% del presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para la educación pública (correspondiente al ramo 11 de la Secretaría de Educación Pública y ramo 48 del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación) y de 23% al Conacyt en 2017 respecto al presupuesto de 2016. Esto último nos aleja cada vez más del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a ciencia y tecnología, establecido en la ley.

Esta dramática disminución del gasto público en ciencia, tecnología e innovación afecta de manera diferenciada a los actores sociales. Por una parte, para los estudiantes de las universidades públicas, el Conacyt ha congelado el número de becas que hoy ofrece y además ha cancelado las becas de los estudiantes de nuevo ingreso de muchos programas pertenecientes al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), mismos que han sido reconocidos por el Conacyt por su alto nivel académico y rigor en la selección de sus estudiantes. En consecuencia, la supresión de las becas de nuevo ingreso priva a los estudiantes de los recursos necesarios para su manutención e impide que puedan dedicarse de tiempo completo a sus estudios.

Por otra parte, el Conacyt aporta millonarios recursos a la iniciativa privada a través de fondos sectoriales que por ejemplo, para 2017, benefician a empresas automotrices nacionales y extranjeras como el Cluster Automotriz de Nuevo León A.C. por $55,555,555 pesos y la Ford Motor Company S.A. de C.V., con un monto de $2,000,000.00 pesos; o el destinado a distintas cámaras industriales y otras empresas privadas de innovación tecnológica por la cantidad de 49 millones de pesos; por mencionar solo los apoyos aprobados para 2017 en el Fondo Sectorial de Innovación Secretaría de Economía-CONACYT, además de que el Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación benefició a 932 proyectos de empresas privadas con montos individuales de hasta $23,650,000 pesos. Así, la privatización de los recursos públicos en ciencia y tecnología desampara a las universidades públicas y a sus estudiantes, que ven recortados sus presupuestos y becas de estudio, mientras se beneficia a instituciones y empresas privadas mexicanas y transnacionales.

Las actuales autoridades de la UAM, no han asumido el papel que les corresponde en la defensa de la educación pública superior y a favor del fortalecimiento de la ciencia, tecnología y las humanidades del país. La suspensión “temporal” de las cuotas de inscripción para los alumnos de posgrado es una respuesta tibia e insuficiente de las autoridades, que contrasta con la firme posición del Colegio Académico, tomada en su sesión 412 del 24 de marzo de 2017 y que señala: “Este órgano colegiado asume la preocupación expresada por los estudiantes de posgrado, con respecto a las condiciones que su desarrollo requiere para así contribuir a la solución de los problemas nacionales; por ello rechaza cualquier recorte presupuestal a la educación superior en general y a las becas de posgrado en lo particular”

El Observatorio Universitario recoge estas demandas formuladas por el Colegio Académico a las autoridades educativas del país y exige a los funcionarios de la UAM, en particular al Rector General, Dr. Salvador Vega y León y al Secretario General, Mtro. en C.Q. Norberto Manjarrez Álvarez, lograr que el Conacyt otorgue el 100% de las becas solicitadas para nuestros estudiantes inscritos en los programas del PNPC, y que mantengan informada a la comunidad universitaria del avance de sus gestiones.

Ciudad de México a 10 de abril de 2017

OBSERVATORIO UNIVERSITARIO UAM

LOS ÓRGANOS COLEGIADOS: PILARES DEL FORTALECIMIENTO DE LA UAM

Nuestra Universidad se fundó inspirada en el espíritu democratizador de la educación superior impulsado por el movimiento universitario de 1968. La estructura orgánica de la UAM fue concebida para que todos los órganos personales tengan siempre una instancia colegiada a la cual respondan por sus decisiones y desempeño. Así, los directores de División deben acompañar su quehacer con el respaldo del Consejo Divisional; los Rectores de Unidad con el Consejo Académico y el Rector General con el Colegio Académico. En nuestra universidad ningún órgano personal está por encima de los órganos colegiados. En ellos están representados los estudiantes, los académicos y los trabajadores administrativos.

Con el paso del tiempo, este diseño institucional ha sufrido distorsiones y es frecuente que los órganos personales busquen incidir en la composición de los órganos colegiados para evitar que se les cuestione, mermando con ello la pluralidad y el debate que deben prevalecer en la Universidad, así como la transparencia necesaria para la toma de decisiones importantes en la vida universitaria.

Paralelamente, la comunidad ha ido abandonando el interés por participar en estos espacios, llegándose al punto en que muchos estudiantes y profesores desconocen cuál es la función de los órganos colegiados y cuál es su importancia para la universidad, así como su posibilidad de participar en ellos y de acudir con sus representantes para solucionar algunas controversias.

Los consejos divisionales designan a los Jefes de Departamento, aprueban la programación de plazas y cátedras que proponen los departamentos al inicio de cada año, así como la planeación de la matrícula que puede atender cada División en la UAM; aprueban los proyectos de investigación que surgen desde los departamentos. Los consejos divisionales, entre otras funciones, aprueban los diplomados, cursos de educación continua y los períodos sabáticos de los académicos. Sus representantes se eligen cada año.

Los consejos académicos designan Directores de División, se ocupan de la buena marcha de los programas de la Unidad y aprueban los presupuestos anuales y la asignación de recursos a las divisiones y demás programas en las unidades. Aprueban las listas de candidatos a Rector de Unidad y promueven iniciativas de modificación a la legislación Universitaria ante el Colegio Académico, entre otras funciones. Los representantes estudiantiles, académicos y administrativos se eligen cada dos años y quienes quedan como titulares eligen de entre ellos a quienes los representarán en el Colegio Académico.

El Colegio Académico, máximo órgano de gobierno de la UAM, es quien designa a los integrantes de la Junta Directiva y es quien puede modificar la legislación universitaria –con excepción de la Ley Orgánica que solamente puede ser modificada por el poder legislativo del país–. Crea nuevas Unidades Académicas, Divisiones y Departamentos, aprueba la modificación y creación de programas de estudio, aprueba el presupuesto y los estados financieros, y resuelve todo lo que escapa a la competencia de otros órganos de la universidad.

Los órganos colegiados son la expresión de la vocación democrática de nuestra universidad. A través de su permanente actividad en los órganos colegiados, la UAM aspira a mantener su compromiso con la sociedad. Esta aspiración exige de toda la comunidad un alto compromiso con las funciones sustantivas de la UAM. Los intereses de la institución deben prevalecer por encima de los intereses de las personas y grupos de universitarios. En una situación de restricciones de recursos financieros como la que ahora se vive, las decisiones de los órganos colegiados y personales deberán apuntalar el interés de la UAM, de la universidad pública, de la educación superior y del país.

Una política de fortalecimiento del trabajo colegiado, como pilar de la UAM, deberá ir acompañada de información relevante sobre la institución, sus programas, el lugar de la UAM en la educación superior, sus potencialidades y sus problemas. De manera especial, es indispensable que las nuevas generaciones de profesores se comprometan con las tareas del trabajo colegiado actual y futuro, a fin de garantizar el cumplimiento de los objetivos de nuestra institución. La UAM requiere hoy de sus comunidades una contribución al fortalecimiento institucional, para lo cual es indispensable el trabajo consistente y responsable en nuestros órganos colegiados.

Observatorio Universitario
Ciudad de México, a 27 de febrero de 2017

LA JUNTA DIRECTIVA: GARANTE DE LA LEGALIDAD Y LA PLURALIDAD EN LA UAM

Una gran cantidad de integrantes de la comunidad universitaria desconoce el papel de la Junta Directiva. Según la legislación que nos rige, se trata de un órgano colegiado que designa rectores (general y de unidad) y resuelve los llamados conflictos de órganos, es decir, cuando órganos personales o colegiados entran en una discrepancia que no logran solucionar.

La Junta Directiva juega un papel central no solamente en el desarrollo institucional, sino también en las condiciones de convivencia de los integrantes de la comunidad universitaria y en la relación de la UAM con los actores principales que participan en el rumbo de la educación superior del país. Es el órgano colegiado destinado a tomar decisiones para que los y las mejores integrantes de la comunidad que se postulen aspirantes, sean los responsables de encabezar los programas y proyectos desde la Rectoría General y las rectorías de Unidad.

La Junta directiva se integra por nueve personalidades de gran trayectoria académica y honorabilidad personal y son electas por el Colegio Académico.

En el actual contexto de la UAM, caracterizado por la indeclinable aspiración de la comunidad para que prevalezca la pluralidad, la discusión, el debate de ideas, proyectos y argumentos, la UAM deberá recuperar el dinamismo propio de una universidad forjada en la participación de sus comunidades. Ello requiere una conformación de la Junta Directiva con personas independientes y con visión para tomar decisiones adecuadas. Nunca antes en la historia de la UAM la independencia de la Junta Directiva había adquirido la importancia que hoy tiene para retomar el criterio académico y las formas colegiadas como motores de la vida universitaria en la UAM.

La legislación universitaria y la tradición histórica de la institución han establecido como pautas fundamentales para la incorporación de aspirantes a la Junta Directiva, la relevancia de su trayectoria universitaria y su independencia respecto a grupos políticos. Estos criterios no siempre han prevalecido a pesar de la enorme importancia que tiene evitar que los integrantes de este órgano tengan compromisos con grupos de interés dentro de la Universidad.

Consideramos crucial resguardar el espíritu de independencia de este órgano colegiado. La Junta Directiva debe seguir garantizando la idoneidad de sus decisiones respecto a las condiciones particulares que vive cada Unidad y la UAM en su conjunto.

Con los cambios que se han dado y los que se aproximan, nuevas personalidades trabajarán colegiadamente en los procesos de renovación de la Rectoría General y de las rectorías de Unidad, así como en los eventuales conflictos de relevancia institucional que pudieran surgir.

El Colegio Académico tiene frente a sí la importante responsabilidad de elegir a los nuevos(as) integrantes de la Junta Directiva ponderando las trayectorias de quienes se postulan, su capacidad para comprender los desafíos de la educación superior pública en general y los de la UAM en particular, su independencia de juicio, y su firme voluntad para cumplir con profesionalismo las tareas que les confiere la legislación  de la UAM.

La recuperación y el reforzamiento de la confianza de la comunidad universitaria respecto al Colegio Académico y respecto a la Junta Directiva, son dos premisas fundamentales para un cambio de rumbo en la política implementada desde la Rectoría General y algunas rectorías de unidad, que ha impedido la participación plural de la comunidad en los espacios de gobierno y gestión universitaria. Los desafíos que vivirá la UAM en el corto y mediano plazo requieren de una institución en donde prevalezcan la legitimidad, la participación, la discusión y la toma de decisiones colectivas en cada uno de nuestros órganos colegiados, centradas en el fortalecimiento de la vida académica de nuestra casa de estudios.

Observatorio Universitario UAM
Ciudad de México
6 de febrero de 2017